jueves, 31 de marzo de 2016

La muerte de Batman Vs Superman: ¿Qué pasó?




No había querido hablar sobre Batman V Superman: El origen de la justicia porque, entre otras cosas, no sabía si valía la pena hacerlo; han corrido ríos de tinta alabando y despedazando tanto a la producción, que parecía esteril hacerlo, además que estaba esperando que pasara la euforia inicial para poder trolear, perdón analizar sin miedo a quemarle la historia a alguien, pero hoy han pasado más de siete días de su estreno y ya todos saben de qué va el argumento, y si alguien no la ha visto, no creo que le queden ganas de hacerlo después de las críticas negativas que ha tenido. Pero vamos a empezar por el principio, y como este cine tiene programa doble, empecemos con la película viejita.



The Death of "Superman Lives": What Happened?

E.U., 2015.

Dirección:Jon Schnepp.

Guion:Jon Schnepp.

Fotografía: Carl Millard King.

Documental.

Duración: 104 minutos.

                En 1989, el director Tim Burton realizó la, entonces, muy polémica Batman. El estreno fue una locura, fue la primera vez que se vendieron boletos con semanas de antelación y además, se hizo una función de media noche, horas antes del estreno oficial. La “batimanía” se extendió por el mundo y con el todavía vigente Christopher Revee, se hablaba de una hipotética reunión entre los superhéroes más famosos que existen. Para 1992 Batman regresa (Batman Returns) fue otro éxito seguro. A diferencia de la costumbre hollywoodense de entonces, de reducir el presupuesto para las secuelas, en el caso del segundo acercamiento de Burton al “caballero oscuro”, contó con un presupuesto igual y es considerada, hasta la fecha, una de las mejores (sino es que la mejor) cinta del género. Ese mismo, año, apareció La muerte de Superman, una historieta que buscaba recapturar la atención del público hacia el personaje, ya que se encontraban muy bajas las ventas. La muerte… se volvió el cómic de mayor venta de la historia. El ya histórico Superman #75 llega a venderse, hoy en día, hasta en $500.00 USD. Para 1996, Jon Peters, productor de Batman y sus secuelas, compra los derechos cinematográficos del superhéroe y comienza a proyectar un filme basado en La muerte de Superman. Primero contrata a Kevin Smith, para arreglar un guión llamado Superman Reborn, que fue rescrito por el polémico director y guionista y rebautizado como Superman Lives, mismo que es rechazado por quien es designado para dirigir la película, Tim Burton. La cinta nunca se filmó, ya que unas semanas antes de comenzar a filmarla, los estudios retiran su apoyo y el proyecto se cancela.

                El documental de Schnepp cuenta la historia a partir de aquí, entrevistando a todos los involucrados en la fallida cinta, desde Burton, Smith, Peters, etc. El papel de Superman caería en manos de Nicholas Cage, lo cual generó comentarios explosivos hacia la decisión en el naciente internet, y la inexistente película se convertiría en una leyenda urbana. Se decía que se había cancelado por ser una de las más malas ideas de la historia, que fue porque Cage se veía fatal, etc. Lo cierto es que por lo visto en este filme, se puede adivinar una cinta visualmente muy interesante, y contrario a lo pensado, Nicholas Cage hubiera sido un Superman por lo menos superior al que interpretó Brandon Routh en Superman Regresa (Superman Returns, 2006, Bryan Singer).

                La película es muy discreta, se insertan en ella algunas animaciones y reconstrucciones de lo que serían algunas de las escenas importantes de la aventura, que la verdad, están muy mal realizadas. Es un fan film, de hecho, fue financiado totalmente en la plataforma “Kickstarter”, que es similar a la latinoamericana “Fondeadora”, una página en la cual se financian proyectos por medio de donadores. Cinematográficamente no aporta nada, pero es muy valiosa como testimonio de lo difícil que es la labor cinematográfica. The Death of Superman Lives… es un trabajo muy agradable, que se deja ver, que procura no ser tendencioso, que trata con ternura a todos los que estuvieron involucrados en la realización de una de las pelis inexistentes más soñadas de la historia. Lo único malo es que, al igual que la mayoría de estos trabajos, en nuestro país es prácticamente imposible acceder a él, ya que no tiene distribuidora en México, ni en video siquiera. Incluso, ni siquiera Netflix se ha preocupado por ella. Para poder verla, o se busca en Torrents o se visualiza en uno de esos sitios de cine online informales (pirata suena muy gacho, la verdad), o quizá pueda comprarse en la “pirateca nacional”, es decir, en los dvd’s clones de afuerita de la Cineteca. O bien, en youtube, picando aquí.




cinepremiere.com.mx
Batman vs Superman: el origen de la justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice)

E.U., 2016.

Dirección: Zack Snyder.

Guion: Chris Terrio y David S. Goyer, basados en personajes de DC Comics.

Fotografía: Larry Fong.

Intérpretes: Henry Cavill, Ben Affleck, Amy Adams, Jesse Eisenberg, entre otros.

Duración: 151 minutos.

                Para cuando lean esto, seguramente ya saben de qué va la susodicha cinta. Seguramente sabrán que rompió el record del estreno nocturno más vendido de la historia y que en la muy tendenciosa y poco fiable Rotten Tomatoes (le dan, por ejemplo, 56% de “frescura” a Cantinflas, de Sebastián del Amo y a Rápido y furioso 7, de James Wan, un 81%, mientras que a esta cinta, solamente un 26%) la está pateando sin misericordia. Por lo mismo, no tiene ni caso que coloque un resumen de la misma.

                La película está dirigida por Zack Snyder, quien se convirtió en el “mejor adaptador de historietas al cine”, debido a lo exitosas que resultaron 300 (2004) y Watchmen (2009), basadas en sendas novelas gráficas. El secreto de Snyder fue el prácticamente usar los escritos como storyboard. Visual y narrativamente, eran más que fieles a los originales en los que se basaron, así que los fanáticos se volvieron locos de felicidad cuando supieron que se haría cargo de El hombre de acero (man Of Steel, 2013). Pero sus cintas “personales” fueron un rotundo fracaso, debido a que el director tiene un estilo visualmente muy barroco. Ahora bien, Batman Vs Superman, es, sin duda, su cinta más polémica y el huracán que puede hacer que su carrera se caiga a un barranco.

                Hoy en día no se trata de si la cinta es buena o mala, sino de ver quién odia más a Snyder, si DC es mejor que Marvel o viceversa. A eso se ha reducido la crítica a la cinta.

                Lo que pienso personalmente de la película me traba, me cuesta mucho trabajo ser neutral. Como crítico (o bloguero que intenta serlo nuevamente), debo reconocer que es una cinta que tiene muchos errores de continuidad, que da por hecho que su público conoce no sólo la mitología básica de los personajes, sino también los datos duros. Pero siendo honestos, pocos de los que entran a la sala han leído El regreso del caballero oscuro, Batman: Año uno, La muerte de Superman, Superman: Doomed, Superman Doomsday, Crisis en las tierras infinitas, Batman: Muerte en familia, Injustice, etc. Sí. El mayor error de Snyder fue basarse en demasiadas historias, que sólo el 1% del público pude haber leído. Otra falla que tiene es que, en tiempos que RT le da un 81% de frescura a Rápido y furioso 7, realiza un filme que se toma su tiempo para desarrollar personajes, cosa que le funcionó mucho a por ejemplo, Peter Jackson en El Señor de los anillos: La comunidad del anillo (The Lord of the Rings:The Fellowship of the Ring, 2001). Julio Vélez, de Cinepremiere.com.mx, comentó que a Marvel Studios le llevó 10 años construir un universo, mientras DC/Warner provocó que el director tuviera que hacer lo mismo en una sola cinta (El hombre de acero) y esta de la que estamos hablando. En resumen, es una producción sobre saturada.

                Se podría escribir una biblia de referencias, tanto al medio en que se basa (que si las fechas que se dicen, los lugares, los comentarios de los personajes, los símbolos, los cameos de personajes, etc.), así como a ciertos libros, películas, etc. Prácticamente, cada escena tiene algo que remite a algo más y eso llega a ser abrumador. Dice una teoría pedagógica, que la capacidad de atención de un joven promedio es de quince minutos, que después de ese tiempo, todo lo que está en su cerebro es sustituido por información nueva, porque no puede procesarla tan rápido. Si es así, eso es algo que ocurre al verla. Pero al final del día, es un filme bien facturado. Los personajes están muy bien elaborados, el casting no tiene errores. Cavil es un decente Superman, aunque sabe que es difícil que no lo comparen con Christopher Reeve, Ben Affleck construye un Batman que no aporta nada nuevo, pero que no desmerece en comparación a por ejemplo, Michael Keaton, quien definió el carácter que debe tener el personaje. Amy Adams, por su parte, ni siquiera tiene de qué preocuparse, porque las Luisas Lane anteriores fueron tan grises, que ni quien le reclame, así que tiene, prácticamente, terreno virgen en dónde trabajar, igual que Gal Gadot, porque desde hace mucho que la gente olvidó a la hermosa Lynda Carter. Incluso, el polémico Jesse Eisenberg logra un Lex Luthor muy impactante, desmesurado, a punto de una psicosis, que no sólo no rompe el tono de la cinta, sino que lo enriquece. Eisenberg logra quizá una de las mejores actuaciones de su carrera. Sé que muchos me querrán linchar al leer esto (bueno, uno que otro, porque tampoco me lee demasiada gente, bendito sea el poco tráfico de mi página), pero construye un personaje muy consistente, bien trabajado. Muchos lo han querido comparar con Heath Ledger en El caballero de la noche (The Dark Knight, 2008, Christopher Nolan), por lo desmecatado y delirante de su interpretación, pero no existe referente más lejano. Lo que hace el actor es un ser angustiado, solitario, acomplejado, un “mi rey”, lleno de demonios que lo atormentan (literalmente, porque quien ha seguido los cómics de Los nuevos dioses, sabe que cuando Dark Side, el villano por excelencia de DC, se aproxima a invadir un planeta, un personaje comienza a tener visiones apocalípticas y premonitorias). No es, como puede verse superficialmente, una caricatura de Luthor.

                Algo que me llamó la atención es que, de todas las citas y referencias existentes en el filme, quizá algunas de las más curiosas y visibles (a quien observa con calma) son las referentes a Tim Burton. Es inevitable encontrar esa figura del Batman psicótico que introdujo Burton a la franquicia, que no se toca el corazón para matar, incluso, en Batman inicia lo hace de forma mucho más sádica y violenta que en esta. La persecución del camión con kriptonita es muy parecida a las de Batman, incluso la música de Hans Zimmer llega a reverenciar por momentos el score compuesto por Danny Elfman para el director de Beetlejuice, el súper fantasma (Beetlejuice, 1988) y por él mismo para Nolan, en sus trilogías del “caballero oscuro”. Pero la referencia “burtoniana” más fuerte es para el Superman que nunca llegó a filmar. Snyder regresa a la idea de la muerte del “hombre de acero”, utiliza el Doomsday de energía que quería usar el señor Burton y sobre todo, la transformación de color que va sufriendo el uniforme del “hijo de Kriptón” durante la cinta, que se va oscureciendo poco a poco, hasta tornarse azul metálico al final, como un clon del que iba a utilizar Nicholas Cage.

                Oscar Uriel, en el programa Final de partida, comentó que esta cinta reflejaba el divorcio al que se enfrentaba la crítica y el público. Creo que tiene toda la razón. En tiempos que los críticos son periodistas, comunicólogos y casi cualquier persona que tiene una computadora (aunque me duela la pedrada), se ha olvidado que lo primero es dejar de lado el gusto personal, la simpatía o antipatía que puedan provocar quienes colaboran en el proyecto. Hoy se trata de destrozar porque no entiendo, porque no me gusta, porque me cae mal un tipo con mayas que viene a salvar al mundo y un director que cree que todo lo que come se caga como oro. Y de eso se están dando cuenta los espectadores. La cinta no es la gran película de superhéroes, pero tampoco es la peor que se haya filmado.

En una escena de la cinta, Superman se dirige al Capitolio de Washington D.C. Durante el transcurso, se puede observar gente que está a favor del héroe y también a personas que lo odian. Snyder, "sin querer queriendo", ha trasladado esa sensación a los foros de internet, a los periódicos, a los programas de televisión. Es una lástima. Creo que habrá que dejar que pase el tiempo, que se enfríe la polémica para poder determinar si es o no una mala cinta. Batman vs. Superman: El origen de la justicia, por lo pronto, ya pasó a la historia por ser la película más injustamente odiada que ha existido. En eso sí que ha superado a Marvel.

jueves, 24 de marzo de 2016

Películas blasfemas para ver en Semana Santa II.


En esta segunda parte vamos a reseñar algunas películas que analizan la cristiandad. No está de más decir que todas están en youtube. Y además, como lo prometí, vamos a dialogar sobre las piernotas de Lilia Prado.

Mea Maxima Culpa: Silencio en la casa de Dios (Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God)
                Ya había comentado algo sobre esta cinta, en otro texto sobre cintas en Netflix, por lo mismo no agrego nada más. Lo curioso de esta es que es la versión completa, de casi cuatro horas de duración, a diferencia de la que viene en Netflix, que dura solamente dos horas y fue la que se proyectó en cines. Puedes leer el texto completo aquí.


Agnus Dei: Cordero de Dios
México, 2010.
Dirección: Alejandra Sánchez.
Guion: Alejandra Sánchez.
Fotografía: Pablo Ramírez Durón y Érika Licea.
Duración: 122 minutos.
                Otro documental, este mexicano, que habla sobre la pederastia en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. En este se cuenta el caso de un sacerdote que violó a un chico cuando este tenía 11 años y la lucha del chico para poder denunciarlo y obtener justicia. Fue el primer caso que tuvo seguimiento judicial pero hasta el momento en que se estrenó el filme, no se había ni siquiera arrestado al padrecito violador. Sánchez se ha colocado como una de las mejores documentalistas del país, ni siquiera Juan Carlos “mi abuelo me la ha de estar mentando desde su tumba” Rulfo le llega a los talones. Su otro trabajo, Bajo Juárez: La ciudad devorando a sus hijas (2006) también anda en youtube, pero en una pinchurrienta versión con subtítulos en alemán.


El Santo Oficio
México, 1973.
Dirección: Arturo Ripstein.
Guion: Arturo Ripstein y José Emilio Pacheco.
Fotografía: Jorge Stahl Jr.
Intérpretes: Jorge Luke, Diana Bracho, Claudio Brook, Ana Mérida, Silvia Mariscal, entre otros.
Duración: 130 minutos.
                Ripstein es el mejor cineasta mexicano, aunque le duela a los iñarrilibers. El santo oficio no es de sus mejores películas pero sí de las más escandalosas que filmó en su primera etapa como director. En ella analiza una de las partes más oscuras de la iglesia católica, que hace palidecer a la Policía Judicial en tiempos de “el negro” Durazo. Es, además, una de las pocas cintas mexicanas que hablan sobre el judaísmo, así que doble motivo para verla.


Fe, esperanza y caridad
México, 1974.
Dirección: Alberto Bojórquez (Fe), Luis Alcoriza (Esperanza) y Jorge Fons (Caridad).
Guion: Julio Alejandro (Fe), Luis Alcoriza (Esperanza) y Jorge Fons (Caridad).
Fotografía: Gabriel Torres.
Intérpretes: David Silva, katy Jurado, Lilia Prado, entre otros.
Duración: 113 minutos.
                Un duro análisis sobre la religiosidad en México, desde la mirada de tres de los directores más impactantes que ha tenido el país. La de Bojórquez, fiel a sus obsesiones, habla sobre la posición de la mujer en la religión. Alcoriza, como siempre, observa con ironía y extrañeza las costumbres de nuestro país (recordad que era español, ¡re’diez!), además de regalarnos una suculenta mirada a las ya decadentes pero todavía apabullantes piernas de Lilia Prado. La mejor de las tres historias, la de Fons, es una visión irónica y crítica sobre la caridad, la base de la Iglesia Católica. Es la más universal y vale la pena verla una y otra vez. Una cinta redonda y espectacular. ¿Ya les conté que sale Lilia Prado vestida de enfermera?


Los niños de San Judas (Song for a Raggy Boy)
Irlanda, 2003.
Dirección: Aisling Walsh.
Guion: Aisling Walsh y Kevin Byron Murphy, basados en el libro de Patrick Galvin.
Fotografía: Peter Robertson.
Intérpretes: Aidan Quinn, Iain Glen, Marc Warren, entre otros.
Duración: 100 minutos.
                Por el título, uno pensaría que es sobre los chamaquitos “monosos” que andan en motonetas itálicas, pero no. Es una dura historia sobre un profesor que va a dar a un internado católico y descubre una red de pederastas. Es muy cruda y a veces un tanto gráfica, pero la actuación de Aidan Quinn, demuestra que no sólo Mel Gibson puede hacer la mirada de perro apaleado y hacernos sentir miserables por el resto de nuestras vidas. Es de esas películas que todos hemos visto pero nadie se acuerda dónde o por qué. Vale la pena checarla antes de ir a misa, con la consigna de que también es un pecado madrearse al padrecito.


En el nombre de Dios (The Magdalene Sisters)
Irlanda, Reino Unido, 2002.
Dirección: Peter Mullan.
Guion: Peter Mullan.
Fotografía: Nigel Willoughby.
Intérpretes: Anne-Marie Duff, Nora Jane Noone, Dorothy Duffy, entre otros.
Duración: 119 minutos.
                Irlanda e el número uno del Top Ten de países con depredadores sexuales dentro de la iglesia, aunque México, E.U., Brasil y España, no se quedan atrás. Este filme cuenta los abusos cometidos por las Hermanas de Magdalena, una congregación de monjas dedicadas a planchar (porque tenían una lavandería, más bien lo que hacían era por falta de) hacia chicas que les eran enviadas por la policía y por pecadoras. Ahora sí que valieron madres.


Malos hábitos
México, 2007.
Dirección: Simón Bross.
Guion: Ernesto Anaya y Simón Bross.
Fotografía: Eduardo Martínez Solares.
Intérpretes: Ximena Ayala, Elena de Haro, Marco Antonio Treviño, Aurora Cano, entre otros.
Duración: 103 minutos.
                Aunque la primera y hasta la fecha única cinta del productor de ¿Quién diablos es Juliette? (1997, Carlos Marcovich) no tiene como eje central la religión, sino los problemas ocasionados por la bulimia y la anorexia, hay una monja que hace ayunos para demostrar su amor a Dios, al grado que prácticamente no come. Ximena Ayala, como siempre, excelente en sus interpretaciones, lo cual es evidente… Con esa cara...


La religiosa (La Religieuse)
Francia, 1966.
Dirección: Jacques Rivette.
Guion: Jean Gruault y Jacques Rivette, basados en la novela de Denis Diderot.
Fotografía: Alain Levent.
Intérpretes: Anna Karina, Liselotte Pulver, Micheline Presle, entre otros.
Duración: 135 minutos.
                Basada en la novela de Diderot, la cinta cuenta la historia de una chica del siglo XVIII que decide volverse monja. Fue prohibida en muchos países por presiones del Vaticano, pero hoy existen cintas más polémicas (aunque ya hay tantas películas polémicas que hasta hueva dan, uno se escandaliza más cuando una cinta habla de los buenos valores, la neta). Aún con todo, vale la pena para conocer o revisar la segunda mayor aportación al cine que dio Francia después de Bridgitte Bardot: La nouvelle vague, movimiento encabezado por Rivette, Godard, Chabrol, entre otros.




                Les recomiendo que las vean pronto porque uno nunca sabe con youtube, son medio bipolares y de pronto desaparecen sin previo aviso. Y no olviden suscribirse para recibir correo mis novedades, chiquitines.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Películas que debes ver en Netflix antes de que muera tu mes gratis.




Si eres de los que se suscribieron a Netflix en estos días para ver únicamente las nuevas temporadas de Daredevil o House Of Cards y no sabes qué vas a hacer con el resto de tu mes, déjame comentarte que echándose un clavado en su catálogo hasta el fondo, cuando te aparece el copyright de la página, te puedes encontrar cosas maravillosas. Te dejo unas cuantas de las que encontré, esperando que tengas algo bueno qué hacer antes de pensar: “No hay nada qué ver en la tele”.


Mea Maxima Culpa: Silencio en la casa de Dios (Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God)
E.U, 2012
Dirección: Alex Gibney.
Guion: Alex Gibney.
Fotografía: Lisa Rinzler.
Intérpretes: Documental.
Duración: 107 minutos.
                Documental sobre la pedofilia en la iglesia católica. Centrándose en el caso de cinco sordomudos que fueron abusados repetidamente por un clérigo, la cinta aprovecha para analizar otros casos, entre ellos el del reconocido padre Marcial Maciel. La versión de Netflix es la misma del cine, en youtube hay una versión de tres horas de duración.

Amy: La mujer detrás del nombre (Amy)
Reino Unido, 2015.
Dirección: Asif Kapadia.
Guion: Asif Kapadia.
Fotografía: Matt Curtis.
Intérpretes: Amy Winehouse.
Duración: 128 minutos.
                Documental sobre la vida de la polémica y triste cantante Amy Winehouse. Ganó el Oscar al mejor documental.


Otro día para matar (John Wick)
E.U, 2014.
Dirección: Chad Stahelski.
Guion: Derek Kolstad.
Fotografía: Jonathan Sela.
Intérpretes: Keanu Reeves, Mikael Nyqvist, Willem Dafoe, entre otros.
Duración: 101 minutos.
                Después de trabajar en Matrix (1999, de l@s herman@s Wachowski), la figura de Keanu Reeves se opacó tanto o más que lo gris de sus actuaciones. Aunque intentó volver a las candelas, no lo logró hasta que filmó esta cinta. La trama es sencilla y suena bastante disparatada, pero tiene su lógica: Después de la muerte de su esposa, un sicario y asesino a sueldo retirado, recibe como regalo póstumo un pequeño cachorro, que es asesinado frente a sus ojos por el pendejo hijo de un mafioso ruso. Lógicamente, el matón buscará venganza y será buscado por la mafia. Detrás de los primeros 10 mins. de la cinta, lo que sigue es hora y media de chingadazos sin descanso, en los cuales, la frialdad e inexpresión de Reeves parece venir que ni pintada. Aunque fue un fracaso en taquilla se volvió de culto inmediato, al grado que se está cocinando una segunda parte. El regreso de Keanu Reeves… Que nadie vió.

Beasts of No Nation
E.U, 2015.
Dirección: Cary Joji Fukunaga.
Guion: Cary Joji Fukunaga.
Fotografía: Cary Joji Fukunaga.
Intérpretes: Idris Elba, Ama K. Abebrese, Grace Nortey, David Dontoh, entre otros.
Duración: 137 minutos.
                El hombre orquesta más impresionante que ha surgido en los últimos años en el cine, Cary Joji Fukunaga (Sin nombre, México, E.U., 2009, que también está en Netflix), que entre otras cosas produce, creó y a veces dirige la serie True Detective, y quizá hasta venda tamales en la mañana, nos regala la cinta más polémica del año y no por la temática, que es bastante fuerte, sino porque fue parte del alegato de Jada Pinkett Smith de que los Óscares son racistas. Se decía que era la mejor cinta del año, que Idris Elba se merecía siquiera la nominación al premio, etc. La verdad es que sí es de las mejores cintas que hubieron, superior a muchas de las nominadas, pero por desgracia, no se tomó en cuenta porque ya los académicos están bastante viejos y pendejos (de la Academia de Ciencias y Artes de Hollywood, no los del programucho de TV Azteca; aunque creo que estos también ya están viejo y siempre han estado pendejos, pero eso es otra cosa). Según dicen ellos, no la consideraron porque se estrenó en sistemas online, a lo que se argüía que esto no era verdad, que se presentó al mismo tiempo en Netflix y en cines, pero a los viejitos esto ya les vale madres, igual que no consideraron como Score la música de Birdman (Iñárritu, 2014) porque eran solos de batería y ese pinchurriento aparatejo hace ruidos, no es un instrumento musical.
                La peli cuenta la vida de un niño envuelto en una guerra. Fin. Pero vale mucho la pena.

Brother
E.U, Japón, 2000.
Dirección: Takeshi Kitano.
Guion: Takeshi Kitano.
Fotografía: Katsumi Yanagishima.
Intérpretes: Beat Takeshi, Omar Epps, Claude Maki, entre otros.
Duración: 114 minutos.

                Takeshi Kitano, gansters y yakuzas. Más perfección no puede haber.

Oldboy, cinco días para vengarse (Olduboi)
Corea del Sur, 2003.
Dirección: Pak Chan-uk.
Guion: Hwang Jo-yoon, Im Joon-hyung, Pak Chan-uk.
Fotografía: Chung Chung-hoon.
Intérpretes: Choe Min-sik, Yu Ji-tae, Kang Hye-chong, entre otros.
Duración: 120 minutos.
                Si hay un cineasta que ha influenciado el cine de acción en los últimos años, ese se llama Pak Chan-uk. Oldboy es una obra maestra. Se trata de un hombre que ha sido encerrado por quince años sin saber por qué, y de pronto es liberado con la consigna de que en cinco días va a morir, por lo que debe encontrar en ese tiempo al asesino de su esposa. Parte de la llamada “trilogía de la venganza” del director (las otras son Señora venganza y Simpatía por el señor venganza), esta es la más famosa de las tres. Su influencia ha sido tal que se realizó un remake dirigido por el mismísimo Spike Lee, que bendito sea el Señor, no está en Netflix. Si te gusta Daredevil, aquí está su principal influencia, ¿recuerdas la viralizada escena de las escaleras?

De entre los muertos (Vértigo)
E.U., 1958.
Dirección: Alfred Hitchcock.
Guion: Alec Coppel y Samuel A. Taylor, basados en la novela D'entre les morts, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
Fotografía: Robert Burks.
Intérpretes: James Stewart, Kim Novak, Tom Helmore, entre otros.
Duración: 128 minutos.
                Un detective acrofóbico es contratado por un viejo conocido para que vigile a su esposa que parece estar poseída por el espíritu de una antigua familiar, o quizá está loca. Compleja, hermosa, violenta, triste, una de las mejores cintas de la historia y quizá la mayor obra del director de Psicosis (Psycho, 1960, también está en Netflix). La música, la ambientación, el vestuario, las actuaciones, todo está conjuntado para volverla la cinta más conmovedoramente deprimente de la historia. La secuencia de la pesadilla fue una de las escazas pero espectaculares colaboraciones entre Hitchcock y Salvador Dali. Si no la has visto, no eres de la raza humana.


Missisipi en llamas (Mississippi Burning)
E.U., 1988.
Dirección: Alan Parker.
Guion: Chris Gerolmo.
Fotografía: Peter Biziou.
Intérpretes: Gene Hackman, Willem Dafoe, Frances McDormand, Brad Dourif, entre otros.
Duración: 126 minutos.
                Allan Parker fue uno de los dioses del cine en los años ochenta. En su filmografía figuran algunos de los clásicos que están entre los VHS de tu papá. Pink Floyd, The Wall, Expreso de medianoche, Alas de libertad… Y por supuesto, Missisipi en llamas. Esta es una de esas películas que hicieron que todo mundo se indignara, al contar la historia de tres activistas de los derechos humanos que son asesinados porque dos de ellos son de color. Detectives, racismo, el Ku Klux Klan, misterio, Willem Dafoe y Gene Hackman. De lujo.

Balada triste de trompeta
España, 2010.
Dirección: Álex de la Iglesia.
Guion: Álex de la Iglesia.
Fotografía: Kiko de la Rica.
Intérpretes: Carlos Areces, Carolina Bang, Antonio de la Torre, Santiago Segura, entre otros.
Duración: 101 minutos.
                De la Iglesia es uno de los cineastas más inefables que existe. Es una mezcla entre Almodovar, Bigas Luna, Tarantino y George A. Romero, con un capítulo de Aquí no hay quien viva. Un payaso asesino, atormentado por su pasado, sumido en depresión y amante de las canciones de Raphael, es lo que usa para la que quizá sea su cinta más redonda. Lo mejor, el aspecto visual. Lo peor, la escena de la motocicleta voladora. Y la canción de Raphael, si no hace que se te salgan unas lágrimas la escena, es que no tienes sentimientos.

Hollywoodland
E.U., 2006.
Dirección: Allen Coulter.
Guion: Paul Bernbaum.
Fotografía: Jonathan Freeman.
Intérpretes: Adrien Brody, Diane Lane, Ben Affleck, Bob Hoskins, entre otros.
Duración: 126 minutos.
                Especie de biopic sobre la misteriosa muerte del actor George Reves, quien interpretó a Supermán en la serie de tv de los años cincuenta. Affleck demuestra por primera vez capacidad para actuar. Una curiosidad para ver mientras estrenan Superman vs Batman.

Prisionero del peligro/La trampa (The Spanish Prisoner)
E.U., 1998.
Dirección: David Mamet.
Guion: David Mamet.
Fotografía: Gabriel Beristain.
Intérpretes: Campbell Scott, Steve Martin, Rebecca Pidgeon, Ricky Jay, entre otros.
Duración: 110 minutos.
                Un ingeniero inventa un muy secreto proceso industrial (nunca se sabe en qué consiste) y es seducido por el poder y los lujos de un millonario empresario que quiere comprárselo. Con esa anécdota tan sencilla, Mamet, quizá el mejor dramaturgo contemporáneo de los Estados Unidos, crea una obra compleja, llena de vueltas de tuerca, extraña y muy elegante. Si te volteas de la pantalla no vas a entender nada.

Salvador
E.U., 1986.
Dirección: Oliver Stone.
Guion: Oliver Stone y Rick Boyle.
Fotografía: Robert Richardson.
Intérpretes: James Woods, James Belushi, Michael Murphy, Elpidia Carrillo, entre otros.
Duración: 113 minutos.
                En plena guerrilla salvadoreña, un periodista se enamora de una chica que podría estar dentro de la misma. Mientras tanto, se va percatando de la oscura realidad del conflicto que está cubriendo. Crítico al sistema, antibélico, patriota pero no patriotero, izquierdoso hasta rayar en lo ingenuo y a veces hasta tremendista. Así es Oliver Stone. Impactante a veces, en otras muy baboso, pero nunca te deja indiferente. Salvador no es de sus mejores películas, pero tampoco de las peores. Como dato curioso, por el tema, que inmiscuía una pequeña crítica a la participación norteamericana en el conflicto, estuvo enlatada algunos años. Y la filmaron en México.

El hombre del bosque/Crimen inconfesable (The Woodsman)
E.U., 2005.
Dirección: Nicole Kassell.
Guion: Nicole Kassell y Steven Fechter.
Fotografía: Xavier Pérez Grobet.
Intérpretes: Kevin Bacon, Michael Shannon, Kyra Sedgwick, entre otros.
Duración: 87 minutos.
                Uno de los temas que se tratan con más pinzas en el cine actualmente es la pedofilia. Siempre se ve al pedófilo como un maldito desviado y pervertido, que le mete mano a los inocentes niñitos. Y sí lo es, pero antes que eso, es un enfermo mental. Esta cinta se da a la tarea de darle el protagónico al depravadito y lo muestra como un ser atormentado por sus preferencias, tratando de salir adelante y de encaminar su vida. Bacon actúa como nunca, en una de sus interpretaciones más introspectivas.

The Duke of Burgundy
Reino Unido, 2015.
Dirección: Peter Strickland.
Guion: Peter Strickland.
Fotografía: Nic Knowland.
Intérpretes: Sidse Babett Knudsen, Chiara D'Anna, Monica Swinn, entre otros.
Duración: 104 minutos.
                Estuvo muy poco tiempo en cartelera y no sé si en el Foro de la Cineteca o en una muestra. Fue uno de los trabajos más comentados del año y en España ni siquiera la exhibieron, se vio sólo en video. Muchos encontraron un homenaje a Buñuel, una exploración a lo más oculto de las emociones femeninas, etc. Y pues sí, quizá lo sea, pero antes que eso, es una película soft porno, como las que pasaban en el Palacio Chino en los ochentas. Me dieron ganas de comerme un gaznate, palomitas rancias y una Coca de lata.

                Y la lista puede seguir hasta el infinito y más allá, bueno hasta dentro de un mes, pero ahí te dejo la tarea de echarte de cabeza en el catálogo a ver qué más encuentras. Y espero tus comentarios para saber qué hacer en septiembre, luego del estreno de Luke Cage.