domingo, 24 de enero de 2016

La mejor actuación de Jack Nicholson



Pacto Criminal (Black Mass)

E.U., 2015

Dirección: Scott Cooper

Guión: Mark Mallouk y Jez Butterworth,  basados en la novela, Black Mass: The True Story of an Unholy Alliance Between the FBI and the Irish Mob, de Dick Lehr y Gerard O'Neill.

Fotografía: Masanobu Takayanagi

Intérpretes: Johnny Depp, Kevin Bacon, Benedict Cumberbatch, Joel Edgerton, entre otros.



En 1985 más o menos, recuerdo que con mi hermano y mi primo nos reuníamos para ver una serie de tv que nos encantaba. Comando especial se llamó en México, y una de las causas del por qué nos era tan atractiva, era uno de sus actores: Johny Depp. Nadie se imaginaba que pocos años después se volvería uno de los actores más cotizados del mundo. Y tampoco que se volvería en el principal admirador e imitador de Johny Depp. Ha pasado de ser el brillante intérprete de Edward Scissorhands, hasta el exagerado Sombrerero loco de Alice. Su decadencia ha ido a un ritmo tan lento que da más tristeza que admiración. Ha estado presente en por lo menos, cuatro cintas sobre el mundo del hampa; Donie Brasco, Blow y la fantástica Enemigo público. La cuarta, esta, Pacto criminal, es quizá la peor de todas estas. Depp recrea a un James "Whitey" Bulger que es en realidad una obra más del excelente maquillaje que de una excelente actuación, parece que el histrión perdió la brújula desde hace tiempo. Y es una lástima, porque desperdicia una oportunidad de generar esa magia que tuvo en sus primeros trabajos. Su actuación es correcta, sí, pero tan correcta como se puede de un actor que ni siquiera se toma es serio él mismo. Hay una escena en que le pregunta a otro personaje la receta de un marinado para carne. Aquí se siente una interpretación brillante, estudiada y sobre todo, honesta. Es un momento brillante. Por desgracia, como decía Stanislavski, esto no hace una buena actuación, es solamente eso, un momento brillante. Lo que se ve aquí es la mejor actuación de Jack Nicholson. Y este no sale en la cinta.

 Después de tantos filmes de mafia y crimen organizado, parece que o el subgénero está agotado o que a los directores ya no les interesa avanzar. Y eso es el punto más bajo de la cinta. Scott Cooper parece más preocupado porque su mega estrella no se sienta incómodo y se olvida de un excelente reparto, encabezado por un correcto Benedict Cumberbatch y un Joel Edgerton que no sabe hacia a dónde conducir a su personaje, lo cual es una lástima, porque es un actor que puede hacer muchas cosas. Cooper se olvida del ritmo, la cinta es lenta y aburrida, no logra conectar con el público y deja en claro que un actor de peso no hace una buena cinta.