En esta segunda parte vamos a reseñar algunas películas que analizan la
cristiandad. No está de más decir que todas están en youtube. Y además, como lo
prometí, vamos a dialogar sobre las piernotas de Lilia Prado.
Mea
Maxima Culpa: Silencio en la casa de Dios (Mea Maxima Culpa: Silence in the House of
God)
Ya
había comentado algo sobre esta cinta, en otro texto sobre cintas en Netflix,
por lo mismo no agrego nada más. Lo curioso de esta es que es la
versión completa, de casi cuatro horas de duración, a diferencia de la que
viene en Netflix, que dura solamente dos horas y fue la que se proyectó en
cines. Puedes leer el texto completo aquí.
Agnus
Dei: Cordero de Dios
México,
2010.
Dirección:
Alejandra Sánchez.
Guion:
Alejandra Sánchez.
Fotografía:
Pablo Ramírez Durón y Érika Licea.
Duración:
122 minutos.
Otro
documental, este mexicano, que habla sobre la pederastia en la Iglesia
Católica, Apostólica y Romana. En este se cuenta el caso de un sacerdote que
violó a un chico cuando este tenía 11 años y la lucha del chico para poder
denunciarlo y obtener justicia. Fue el primer caso que tuvo seguimiento
judicial pero hasta el momento en que se estrenó el filme, no se había ni siquiera
arrestado al padrecito violador. Sánchez se ha colocado como una de las mejores
documentalistas del país, ni siquiera Juan Carlos “mi abuelo me la ha de estar
mentando desde su tumba” Rulfo le llega a los talones. Su otro trabajo, Bajo Juárez: La ciudad devorando a sus
hijas (2006) también anda en youtube, pero en una pinchurrienta versión con
subtítulos en alemán.
El Santo
Oficio
México,
1973.
Dirección:
Arturo Ripstein.
Guion:
Arturo Ripstein y José Emilio Pacheco.
Fotografía:
Jorge Stahl Jr.
Intérpretes:
Jorge Luke, Diana Bracho, Claudio Brook, Ana Mérida, Silvia Mariscal, entre
otros.
Duración:
130 minutos.
Ripstein
es el mejor cineasta mexicano, aunque le duela a los iñarrilibers. El santo oficio no es de sus mejores
películas pero sí de las más escandalosas que filmó en su primera etapa como
director. En ella analiza una de las partes más oscuras de la iglesia católica,
que hace palidecer a la Policía Judicial en tiempos de “el negro” Durazo. Es,
además, una de las pocas cintas mexicanas que hablan sobre el judaísmo, así que
doble motivo para verla.
Fe,
esperanza y caridad
México,
1974.
Dirección:
Alberto Bojórquez (Fe), Luis Alcoriza
(Esperanza) y Jorge Fons (Caridad).
Guion:
Julio Alejandro (Fe), Luis Alcoriza (Esperanza) y Jorge Fons (Caridad).
Fotografía:
Gabriel Torres.
Intérpretes:
David Silva, katy Jurado, Lilia Prado, entre otros.
Duración:
113 minutos.
Un
duro análisis sobre la religiosidad en México, desde la mirada de tres de los
directores más impactantes que ha tenido el país. La de Bojórquez, fiel a sus
obsesiones, habla sobre la posición de la mujer en la religión. Alcoriza, como
siempre, observa con ironía y extrañeza las costumbres de nuestro país
(recordad que era español, ¡re’diez!), además de regalarnos una suculenta
mirada a las ya decadentes pero todavía apabullantes piernas de Lilia Prado. La
mejor de las tres historias, la de Fons, es una visión irónica y crítica sobre
la caridad, la base de la Iglesia Católica. Es la más universal y vale la pena
verla una y otra vez. Una cinta redonda y espectacular. ¿Ya les conté que sale
Lilia Prado vestida de enfermera?
Los niños
de San Judas (Song for a Raggy Boy)
Irlanda,
2003.
Dirección:
Aisling Walsh.
Guion:
Aisling Walsh y Kevin Byron Murphy, basados en el libro de Patrick Galvin.
Fotografía:
Peter Robertson.
Intérpretes:
Aidan Quinn, Iain Glen, Marc Warren, entre otros.
Duración:
100 minutos.
Por
el título, uno pensaría que es sobre los chamaquitos “monosos” que andan en
motonetas itálicas, pero no. Es una dura historia sobre un profesor que va a
dar a un internado católico y descubre una red de pederastas. Es muy cruda y a
veces un tanto gráfica, pero la actuación de Aidan Quinn, demuestra que no sólo
Mel Gibson puede hacer la mirada de perro apaleado y hacernos sentir miserables
por el resto de nuestras vidas. Es de esas películas que todos hemos visto pero
nadie se acuerda dónde o por qué. Vale la pena checarla antes de ir a misa, con
la consigna de que también es un pecado madrearse al padrecito.
En el
nombre de Dios (The Magdalene Sisters)
Irlanda,
Reino Unido, 2002.
Dirección:
Peter Mullan.
Guion:
Peter Mullan.
Fotografía:
Nigel Willoughby.
Intérpretes:
Anne-Marie Duff, Nora Jane Noone, Dorothy Duffy, entre otros.
Duración:
119 minutos.
Irlanda
e el número uno del Top Ten de países
con depredadores sexuales dentro de la iglesia, aunque México, E.U., Brasil y
España, no se quedan atrás. Este filme cuenta los abusos cometidos por las
Hermanas de Magdalena, una congregación de monjas dedicadas a planchar (porque
tenían una lavandería, más bien lo que hacían era por falta de) hacia chicas
que les eran enviadas por la policía y por pecadoras. Ahora sí que valieron
madres.
Malos
hábitos
México,
2007.
Dirección:
Simón Bross.
Guion:
Ernesto Anaya y Simón Bross.
Fotografía:
Eduardo Martínez Solares.
Intérpretes:
Ximena Ayala, Elena de Haro, Marco Antonio Treviño, Aurora Cano, entre otros.
Duración:
103 minutos.
Aunque
la primera y hasta la fecha única cinta del productor de ¿Quién diablos es Juliette? (1997, Carlos Marcovich) no tiene como
eje central la religión, sino los problemas ocasionados por la bulimia y la
anorexia, hay una monja que hace ayunos para demostrar su amor a Dios, al grado
que prácticamente no come. Ximena Ayala, como siempre, excelente en sus
interpretaciones, lo cual es evidente… Con esa cara...
La
religiosa (La Religieuse)
Francia,
1966.
Dirección:
Jacques Rivette.
Guion:
Jean Gruault y Jacques Rivette, basados en la novela de Denis Diderot.
Fotografía:
Alain Levent.
Intérpretes:
Anna Karina, Liselotte Pulver, Micheline Presle, entre otros.
Duración:
135 minutos.
Basada
en la novela de Diderot, la cinta cuenta la historia de una chica del siglo
XVIII que decide volverse monja. Fue prohibida en muchos países por presiones
del Vaticano, pero hoy existen cintas más polémicas (aunque ya hay tantas
películas polémicas que hasta hueva dan, uno se escandaliza más cuando una
cinta habla de los buenos valores, la neta). Aún con todo, vale la pena para
conocer o revisar la segunda mayor aportación al cine que dio Francia después
de Bridgitte Bardot: La nouvelle vague,
movimiento encabezado por Rivette, Godard, Chabrol, entre otros.
Les recomiendo que las vean pronto porque
uno nunca sabe con youtube, son medio bipolares y de pronto desaparecen sin
previo aviso. Y no olviden suscribirse para recibir correo mis novedades,
chiquitines.