miércoles, 9 de marzo de 2016

Programa doble: Trumbo, Culpable por sospecha.



Una bonita tradición de cines como el Tlacopan eran los “programas dobles con permanencia voluntaria”, lo cual significaba que pasaban dos películas en la misma sala, el mismo día, durante toda la semana y podías ver las dos por el mismo boleto, además que podías entrar a la hora que quisieras. Las cintas estaban reunidas por temáticas o géneros (Santo contra los vampiros y El hijo del Huracán Ramírez, por ejemplo, o sea, dos de luchadores), por el actor (Fiebre del sábado y Vaselina, las dos con Travolta) o porque pertenecían a la misma distribuidora y no había de otra. A partir de hoy vamos a seguir esta bonita tradición, proponiendo “programas dobles”, es decir, hablar de dos cintas de temáticas parecidas. Además, al final les presentaré una nueva sección con breviarios culturales cinematográficos.


Durante la entrega de los premios de la Academia (Oscar, para los cuates) de 1999 se entregó un premio honorario por trayectoria al extraordinario Elia Kazan, creador de cintas tan importantes como ¡Viva Zapata! (Idem, 1952), Nido de ratas (On The Waterfront, 1954), Al este del paraíso (East Of Eden, 1955) y Esplendor en la hierba (Splendor In The Grass, 1961), entre otras, así como uno de los mejores y revolucionarios maestros de actuación. Al momento de anunciar su reconocimiento, muchos de los asistentes se dieron la vuelta y algunos simplemente se cruzaron de brazos. Otros fueron ecuánimes y respetaron al anciano maestro. La razón de este desaguisado: El director declaró ante el Comité de Actividades Antiamericanas, en los años cincuentas y dio los nombres de varios personajes del medio cinematográfico que pertenecieron, fueron parte, estuvieron presente en alguna junta o simplemente conocieron a alguien en el Partido Comunista. En este periodo oscuro de la historia norteamericana, conocido como la “guerra fría” se dio un fenómeno que hasta la fecha hace morir de pena a los gringos, nombrado por referencia a una obra de teatro de Arthur Miller llamada Las brujas de Salem (la cual era una crítica a esta situación) como la “cacería de brujas”.
                A este tiempo pertenecen anecdóticamente las dos cintas que forman el programa de esta semana.

Cineplex.com
Culpable bajo sospecha/Cacería de brujas (Guilty by Suspicion)
E.U, 1992
Dirección y Guion: Irwin Winkler.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Intérpretes: Robert De Niro, Annette Bening, Patricia Wettig, entre otros.
Duración: 105 minutos.

 
La historia es muy sencilla: un director de cine regresa a Hollywood tras un tiempo de estancia en Francia para dirigir una cinta que todos en la industria quieren hacer. El problema es que para poder realizarla debe declarar ante el “Comité de Actividades Antiamericanas”, es decir, es citado para delatar a sus colegas considerados “comunistas”. Por negarse a hacerlo es expulsado de los estudios y nadie se atreve a darle trabajo por presiones del gobierno. La cinta va exponiendo la degradación a la que se expusieron a los artistas de llamado Séptimo arte en este momento, tomando matices diversos: El que delata a sus compañeros, el que no quiere hacerlo porque le parece inmoral, el que siente que no le va a pasar nada o el que huye al exilio antes de que lo involucren, entre otros. Robert de Niro, como siempre en esta época (los ochentas y noventas), correcto y a veces inspirado, y Annette Bening como su ex esposa, amiga fiel que lo apoya hasta el final, son apenas las aristas de este triste y desesperado retrato de un suceso que de tan vergonzoso, pocas veces se ha hablado de él en las grandes producciones de Hoollywood, de hecho, este filme fue de poco presupuesto, lo cual se llega a sentir, principalmente, en el hecho de que la ambientación, si bien es correcta, no llega a sorprender como será en otras cintas que hablan de los años cuarenta o cincuenta. El director y guionista, Irwin Winkler (De-Lovely, E.U., 2004) es muy cuidadoso al mostrar los hechos, tan calculados que el final no deja de conmover e indignarse, al grado que casi gana la Palma de Oro en Canes en 1992.



nofilmschool.com

Trumbo (Idem)
E.U, 2015
Dirección: Jay Roach.
Guion: John McNamara, basado en la historia escrita por Bruce Cook .
Fotografía: Bruce Cook.
Intérpretes: Bryan Cranston, Helen Mirren, Diane Lane, entre otros.
Duración: 105 minutos.
La historia de Donald Trumbo es muy conocida para cualquiera que le guste el cine: Uno de los mejores guionistas de la historia que fue condenado a prisión por considerarlo “en desacato” al negarse a delatar a sus compañeros del Partido Comunista ante el “Comité”. Formó parte de la famosa “lista negra”, una relación enorme de nombres que tenían prohibido contratar en los estudios de Hollywood por considerarse antiamericanos. La cinta narra su vida a partir del momento en que comienza la “cacería de brujas”, hasta que obtiene el Óscar por su guión para El niño y el toro (The Brave One, E.U., Irving Rapper, 1956) y un par de sorpresas más que no les comento para no quemar el final, pero quien haya seguido su trayectoria, sabe qué hizo. Aquí se expone, igual que en el documental homónimo de Peter Askin (E.U., 2007), la lucha de este hombre para sacar adelante a todos los involucrados en “los diez de Hollywood”, excelentes guionistas, directores y productores, que fueron encarcelados con Trumbo y que tuvieron que trabajar bajo fachadas o prestanombres, en estos duros años.
                En cuanto a la factura de la cinta, el director Jay Roach logra un terminado visual impresionante, en momentos parece que el fotógrafo, Bruce Cook, filmó en Tecnicolor, incluso, las secuencias en blanco y negro, tienen esa textura especial de las cintas de entonces. El único momento que da pena en este sentido es cuando muestra las secuencias de Spartacus, las cuales se ven casi tan ridículas como las de La vuelta al mundo en ochenta días en Cantinflas (México, 2014, Sebastián del Amo). Toda la cinta está sostenida en un excelente reparto, principalmente Bryan Cranston, quien logra meterse en la piel de Trumbo de una manera espectacular. El problema es que a media cinta se pierde el camino y el director no logra que nos conectemos del todo con el personaje y su problemática familiar, es decir, esto pasa a segundo plano y se dedica a mostrar los hechos tal y como pasaron, sin ir más allá. Otra cosa es que así como algunos actores mutan en los personajes que representan (David James Elliott como John Wayne, aunque físicamente no se parece demasiado, Dean O'Gorman como Kirk Duglas) algunos parecen más caricaturas. El caso específico es Helen Mirren como Hedda Hopper, una importante ex actriz y columnista de Hollywood que durante los años cincuenta y sesenta destruyó más carreras que Patty Chapoy, su émulo mexicano. Ella es la villana de la película, es ridiculizada, caricaturizada y transformada en la más nefasta criatura que haya existido jamás. Si bien no era ninguna perita en dulce, esto tiene que ver más con el hecho de que el film es muy esquemático; los que están a favor de los “diez de Hollywood” son los buenos, los demás, los malos. Quizá esto se debe a la trayectoria de Jay Roach, quien entre sus mejores trabajos tiene la trilogía de Austin Powers y Como si fuera la primera vez (50 First Dates, E.U., 2004), comedias que no van más allá de lo correcto y chistoso. Esa falta de pericia en el drama se siente en el guión, escrito por él mismo, y que no termina de cuajar. Lo que se le agradece es que no hay escenas que busquen el “momento Kodak”, esa situación que hace que se te escapen las lágrimas. Pero aún así, no deja de ser fallida.
                Ahora bien, tanto Culpable por sospecha como Trumbo, se unen a esa lista de cintas que tratan de reflexionar sobre este sórdido capítulo de la historia norteamericana, que costó la vida, literalmente, de muchas personas, por ejemplo, el famoso caso de Ethel y Julius Rosenberg, un matrimonio judío que fueron acusados de pasar información a los rusos, misma que permitió que desarrollaran una bomba atómica. Nunca se les pudo comprobar nada, pero fueron sentenciados a muerte en 1953. El caso es tomado en ambas cintas para ejemplificar lo que ocurre en su mundo. Ambas también llegan a las mismas conclusiones, incluso, en ocasiones parece que Culpable… sirvió hasta cierto punto de referencia para Trumbo. Dos cintas que toman la misma situación, que junto a El majestic (The Majestic, E.U., Australia, 2001, Frank Darabont) o El prestanombres (The Front, E.U., 1976, Martin Ritt) pueden servir para generar un arco y entender este fenómeno.



La frase de la semana: Va a haber gaznates
                En los cines hasta los años noventa, y en algunos casos todavía entrados los dos mil, en las dulcerías se podía encontrar un dulce que parecía atractivo nada más para los más viejitos. Se llama “gaznate”, es un cucurucho de trigo, como el que se usa para los buñuelos, relleno de merengue. Si bien no es un dulce creado en México (en España se consume bastante y en diferentes sabores) se dice que es un dulce típico, porque está reelaborado con productos mexicanos (el sabor de merengue es especial porque lleva pulque. Cuando ibas al cine, en los cuarentas y hasta parte de los noventa, era tradición comprar muéganos, garapiñados, pistaches y otras golosinas tradicionales, así como refrescos, sándwiches y claro, las palomitas. Había mucha variedad: los Pon Pons, las Lunetas, los pastilleros PEZ, entre otras cosas. Los gaznates eran los más ricos y casi todo los comían; por lo mismo, no faltaba el gracioso que al pasar por la dulcería te decía: “¿Quieres ver gaznates?”o “Va a haber gaznates”.