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Zootopia (Zootopia)
E.U., 2016
Dirección: Byron Howard, Rich Moore
y Jared Bush.
Guion: Jared Bush y Phil Johnston.
Fotografía: Nathan Warner.
Intérpretes de voces: Idris Elba,
Ginnifer Goodwin, Jason Bateman, entre otros.
Duración: 108 minutos.
“Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.
George Orwell – Rebelión en la granja
Los animales antropomórficos han
sido la marca de los estudios Disney desde su fundación. Así que Zootopia estaba destinada a ser una más
de las cintas de “animalitos” de la casa Disney. Dumbo (Ben Sharpsteen, Wilfred Jackson, Norm Ferguson, Jack Kinney,
Samuel Armstrong, Bill Roberts y John Elliotte, 1941), Bambi (David Hand, James Algar, Graham Heid, Samuel Armstrong, Bill
Roberts, Norman Wright y Paul Satterfield, 1942), son ejemplos de esto. Cintas
para niños. Casi todas tenían una calidad de animación impecable y argumentos
cargados de una crueldad fuerte para la época (la mamá de Bambi sigue siendo un
trauma para muchos hasta la fecha). Poco a poco se fue perdiendo la tradición de
tener la cinta Disney del año, hasta el grado de que con Vacas vaqueras (Home on the
Range, John Sandford, 2004) se anunció que se concentrarían en las cintas
con animación 3D. No funcionó y casi desaparecen del cuadrante, y no fue sino
hasta que entró John Lasseter, el líder de Pixar, como asesor creativo, que el estudio
del ratoncito fue elevando su nivel. La
princesa y el sapo (The Princess and the
Frog, Ron Clements y John Musker, 2009), Ralph el demoledor (Wreck-It
Ralph, Rich Moore, 2012), Frozen
(Chris Buck y Jennifer Lee, 2013) y Tinkerbell
y la Bestia de Nunca Jamás (Tinker
Bell and the Legend of the NeverBeast, Steve Loter, 2014), son muestras del
cambio tan radical que sufrieron las cintas Disney, que ya tocan temas más
serios y actuales, algo que habían evitado por décadas, específicamente desde
la muerte de Walt Disney. Y si bien algo intentaron con La bella y la bestia (Beauty
and the Beast, Gary Trousdale y Kirk Wise, 1991) y las demás películas de
princesas de los noventas, el resto de sus animaciones se quedaron resagadas.
Zootopia es quizá la cinta más madura y
oscura en la historia de la casa del ratón. La forma que toma es la de un thriller del tipo pareja – dispareja,
como Arma mortal (Lethal Weapon, Richard Donner, 1987),
género que estuvo muy de moda en los años 80. Los Buddy thrillers, se caracterizan por usar dos personajes totalmente
opuestos solucionando un caso, principalmente, dos policías de diferentes
corporaciones o departamentos, o en este caso, la segunda variante más usada,
que es la del policía y el criminal. Una conejita policía que creció en una
granja y un zorro estafador serán los protagonistas de la cinta. El caso a
investigar es la desaparición de 14 habitantes de la ciudad de Zootopia, los
cuales tienen en común el pertenecer a la población que es minoría en la
ciudad, los depredadores o carnívoros. Y si, a pesar de ser una cinta para
niños, el asunto suena muy sórdido, lo que ven alrededor los personajes es
bastante inquietante.
Lo
más interesante del filme es que sigue todas las reglas del género: Personajes
de los cuales nadie espera nada, que no tiene nada en común y que al final del
día aprenden no a sólo soportarse, sino a tener y disfrutar una amistad; un
cuerpo policiaco liderado por un jefe necio, duro, pero eficiente y de buen
corazón; un recepcionista que es el chistoso de la estación de policía, un
viaje iniciático y muchas pero muchas bromas. Y sobre todo, un final
sorpresivo. Uno de los directores de la cinta, Rich Moore, fue responsable de Ralph el demoledor, una de las animaciones
más delirantes de los últimos tiempos. En ella, el director jugó con los clichés
de los videojuegos y al saber que era imposible librarse de comparaciones, la
plagó de referencias, cameos, etc. En este caso hace lo mismo, llenándola de
referencias a otros filmes de este tipo. Y no sólo eso, juega con la idea de
que son animales antropomórficos y los llena de prejuicios (la escena del club
nudista está resuelta con un descaro que ni Adam Sandler en sus más vulgares
momentos podría filmar), de reacciones que pretenden ser humanas pero que
juegan con la idea de su naturaleza animal (el papá de Judy, la conejita, le
dice que debe disfrutar la compañía de sus 200 hermanitos o los lobos comenzando un aullido colectivo), así como el
asignarles tareas que juegan y satirizan la naturaleza humana (los osos son
guardaespaldas, el león es el alcalde, los hamsters son los “Godínez”, las
ratas los gánsteres, etc.). En este último sentido, la coneja granjera es la
provinciana que sueña con ser algo más y el zorro la más baja de las especies,
quizá un negro o un inmigrante latino.
Aquí
viene lo más asombroso de la película.
La
demografía de este mundo alternativo al nuestro, está compuesto por diferentes
especies, las cuales están divididas en dos grandes grupos: Las presas, que son
los animales que sirven de alimento y por lo tanto, son herbívoros; y los
depredadores, los carnívoros, que son la minoría. En una parte se explica que
son, únicamente, el 10% de la población total. Aunque quien gobierna es el
león, o sea, un depredador, son el grupo más débil, porque son, en realidad,
las mayorías las que importan. Los carnívoros ocupan los oficios de riesgo,
como policías, bomberos, gente de limpia, ladrones, etc. Mientas los herbívoros
se dedican a ocupar lugares en oficinas, diseñadores, etc. Es decir, en
Zootopia hay clasismo. Y también hay racismo, hay supremacía blanca (los
animales más blancos que te puedas imaginar) y hay minorías oprimidas que deben
hacer lo que puedan para sobrevivir. Una sorpresa muy especial en el argumento,
es que hay una referencia directa al consumo de drogas. Según la cinta, estas
no son controladas por los dealers
sino que hay un poder más elevado detrás de ellas y se trata sobre todo de
obtener el control.
En
resumen, una cinta que analiza de forma ligera y divertida muchas cuestiones que
chocan con la ideología propia del fundador del estudio que la produce. En varias
ocasiones se ha acusado a Walt Disney de ser racista y misógino. La actriz Meryl
Streep, en el año 2014, lo hizo durante una entrega de premios de la Asociación
de Críticos de América, leyó, incluso, una carta de los años treinta en la que
se rechazaba a una mujer de un trabajo en el estudio por su condición femenina.
Y la nieta del mismo Disney confirmó la situación. Quizá Zootopia sea un
trabajo hecho para desvincular a la productora de su propio fundador. Pero si
es así, se puede decir que lo logra de forma espectacular.