Si se dan un clavado por
internet, podemos encontrarnos cientos y cientos de páginas que recomiendan
películas sobre maestros para mostrar en el aula o para demostrarnos que
podemos ser mejores docentes. En estos días en que ser maestro es peor que
asesinar a mansalva a supuestos criminales en Tlatlaya, les dejo una lista de
las películas que más mal hablan de la educación y los protagonistas del oficio
docente.
I- La
sociedad de los poetas muertos (Dead
Poets Society)
E.U., 1989.
Dirección:
Peter Weir.
Guión: Tom Schulman.
Fotografía: John Seale.
Intérpretes: Robin Williams, Ethan
Hawke, Robert Sean Leonard, Josh Charles, entre otros.
Duración:
128 minutos.
Vale, a quien
no se le haya salido una lagrimita al final, cuando los estudiantes se suben a
sus pupitres y recitan su clásica frase: “¡Oh, captain, my captain!”, o no es
humano o no ha visto la película, y en este último caso, es mejor que siga
ignorando su existencia. La sociedad…
no es una mala cinta, al contrario, está muy bien realizada, pero el problema
viene más bien con el docente: Un maestro sin plan de clases, sin plan de vida
y cuyo mayor logro es acercar a los chicos a su sensibilidad interior, lo cual
es un buen objetivo pero que envía a los chicos al despeñadero de la educación.
Lo único que consigue, a final del día son alumnos rebeldes pero bien
sensibles. Si hubiera logrado su objetivo, su discípulo no se hubiera suicidado
y tampoco lo hubieran corrido, pero por desgracia era necesario para poder
vender la cinta. En un capítulo de Los
Simpson homero le espeta a un maestro: "La sociedad de los poetas
muertos ha arruinado una generación de educadores". Dicho sea de paso, mal
que bien, pero muchos, si no es que todos los educadores actuales, han seguido
las enseñanzas del sensei.
II- La
sonrisa de Mona Lisa (Mona Lisa Smile)
E.U.,
2003.
Dirección:
Mike Newell.
Guión: Lawrence Konner, Mark
Rosenthal.
Fotografía:
Anastas N. Michos.
Intérpretes:
Julia Roberts, Kirsten Dunst, Julia Stiles, entre otros.
Duración:
117 minutos.
A
parte de presentar a una camada de actrices jóvenes que después terminarían
como eternas secundarias (aunque Kristen Dunts tuvo cierta trayectoria, tanta
droga y escándalo la mandó directo a una carrera de cameos) y a una Julia Roberts en un personaje igual de plano que
ella sin brassiere. La maestra que representa, que intenta enseñar a sus
alumnas que fuera del aula la vida continúa, tiene su mayor error en esto
mismo, que para muchos es la mayor virtud de la cinta. Si bien es cierta la
importancia de la educación para la vida, no puedes perder el objetivo de tu
materia, al grado de darle mayor importancia a la vida personal del alumno. SI
tú les enseñas a tus pupilos que el embarazo adolescente puede evitarse y que
si no se cuidan pueden mandar su vida directo al reguetón y la banda, sin camino
de regreso, y el Baian embaraza a la Estefani, ya no es tu problema, por mucho
que los chicos en cuestión sean párvulos de excelencia. Allá ellos y sus
perreos intensos. Y la Roberts, no sólo manda su vida personal directo al
rancho de AMLO, sino que también hace un berrinche tal que hasta le da diarrea
de seis días porque su mejor alumna se quiere casar, tener hijos y dedicarse a
ver esta película y decir: “Qué bonito es lo bonito”.
III- Star Wars: Episodio III - La Venganza de los
Sith (Star Wars: Episode III -
Revenge of the Sith)
E.U.,
2005.
Dirección:
George Lucas.
Guion:
George Lucas.
Fotografía:
David Tattersall.
Intérpretes:
Ewan McGregor, Hayden Christensen, Natalie Portman, Ian McDiarmid, entre otros.
Duración:
139 minutos.
Si
bien a nadie en su sano juicio se le pueda ocurrir usar esta cinta como muestra
de situaciones didácticas, francamente, la sanidad mental nunca ha sido mi
marca personal. Obi Wan Kenobi, alias Ben Kenobi, alias Jesús el Jedi, alias el
“Buki” que vino del espacio, tiene asignada la tarea de ser el educador de
Anakin Skywalker, un chamaco rebelde pero con una cantidad tal de “midiclorianos”
en la sangre que puede ser algo así como el Jesucristo de los pobres (de la
galaxia). El problema es que el chamaco se va al lado oscuro, así que Kenobi,
se divide en un dilema: Debe salvar a la galaxia y además, ya se está pasando
el escuincle (como vil Braian, embaraza a una chamaca lagartona y no se quiere
hacer cargo de los mocositos, además, trabaja para Progresa, perdón, El
Imperio). El problema es que Obi Wan se toma a personal las cosas y no termina
bien el trabajo. Se entiende su dilema moral; no sabe si tomar partido como
maestro o como soldado, pero el camino que decide, es el de agarrar las cosas
como amigo y padre del mocoso. Pero al final, ni cumple como maestro, ni como
amigo, ni como soldado: No enseña al mocoso a controlar su temperamento y por
eso termina como guarura del Emperador (a la edad que recoge al escuincle,
hasta en joto de la Merced lo hubiera convertido), ni lo ayuda a enmendar sus
errores y mucho menos termina con la amenaza que representa para la República
el pinche chamaco, nada más lo deja lisiado, quemado y ardido, en todos los
sentidos. Como castigo, se va al desierto a cuidar de lejitos al hijo de Anakin
Skybraian, para que su progenitor no lo vuelva malvado.
IV- Simitrio
México,
1960.
Dirección:
Emilio Gómez Muriel.
Guion:
Jesús Cárdenas, Emilio Gómez Muriel y Juan de la Cabada (sin crédito), sobre un
relato de Tomás Córdova.
Fotografía:
Jack Draper.
Intérpretes:
José Elías Moreno, Javier Tejeda, Carlos López Moctezuma, entre otros.
Duración:
90 minutos.
Gómez
Muriel fue uno de los artesanos más brillantes del cinematógrafo nacional. Aunque
en realidad no era el más inspirado, técnicamente es difícil encontrar algo mal
en su cine. La fotografía del genial norteamericano Jack Draper, uno de los
diez nombres mitológicos entre los cinefotógrafos del cine mexicano de todos
los tiempos. Ni se diga de José Elías Moreno, una de las presencias más
simbólicas de la actuación en el país. Y con todo, Simitrio, un hermoso análisis sobre el apostolado de la docencia,
acerca de un maestro que se está volviendo invidente, y trata de sacar adelante
a un alumno inexistente, muestra dos cosas que son difíciles de ver si no se
observa con calma: El oficio del maestro es ciego, no importa si el alumno es
real o imaginario, debemos sacarlo adelante, porque somos casi mártires de la
educación. Lo segundo: tenemos el caso de un profesor que no acepta que su
tiempo de servicio ya terminó. Yo entiendo que un docente quiera seguir hasta
el último día de su vida frente a los chamaquitos, y también comprendo que a veces
se hace esto porque no nos queda de otra (es lo único que sabemos hacer y por
desgracia, en el esquema actual de las “reformas”, tanto educativa como del
trabajo, pues estamos más jodidos que Cristo en viernes santo). Pero también sé
que si ya no puedes porque no puedes ni ver, u oír y a veces, ni hablar, pues
ya para qué te haces pato. Eso sí: Para “Mexicanos Primero”, es lo ideal.
V- De
panzazo
México,
2012.
Dirección:
Juan Carlos Rulfo.
Guion:
Carlos Loret de Mola, Mario Gutiérrez Vega y
"Mexicanos Primero".
Fotografía:
Juan Carlos Rulfo.
Documental.
Duración:
85 minutos.
En
el programa de Eduardo Ruiz Healy, uno de los periodistas más polémicos de
México, una de las “voceras” de la asociación “Mexicanos Primero”, comentó que
la educación actual estaba tan mal que los maestros no dejaban a los alumnos
utilizar celulares en clase. Ahora bien, supongo que en una institución en la
que hay suficiente dinero, se pueden dar el lujo de tener internet protegido,
que evite que los alumnos entren a ciertas páginas o que los chicos todo lo
hagan en la tablet, además que haya
infraestructura necesaria para que los maestros puedan dar sus clases de tal
manera, que un alumno realice sus actividades así. Pero la realidad es que un
alumno con celular en clase significa: Whatsapps,
Messenger, subir selfies que digan #EducadaMil, videos del maestro sacándose el
moco, fotos de los calzones de las compañeras, escuchar música (o algo parecido,
llamado re-gatón). De ese tamaño son las barbaridades en las que está inmiscuido
“Mexicanos
Primero”, una asociación civil, formada por Emilio Azcárraga Jean y Claudio
X. González, dos polémicos y despóticos empresarios que han apoyado (¿o
impuesto?) a tres presidentes, y contando. La cinta analiza la condición de la
educación en nuestro país y el “daño” que le hizo el Sindicato de Educación
(SNTE), encabezado por Elba Esther Gordillo. Con un guión escrito por el
perro-dista Carlos Loret de Mola, ya se puede uno imaginar por dónde va la
cosa. Lo más lamentable: Que Juan Carlos Rulfo, que hasta ese momento había
llevado una carrera como documentalista muy interesante, se haya prestado
dirigir esto. Su abuelo fue Juan Rulfo, considerado, por muchos, el mejor
escritor latinoamericano (puesto que se disputa con García Márquez). Este
importante autor, siempre se preocupó por la educación y el destino de los
pueblos indígenas. Ha de estar revolcándose en su tumba, como vil personaje de
uno de sus relatos, nada más de la pura vergüenza de que su nieto ande filmando
propaganda neonazi, perdón, neoliberal.
VI- Indiferencia
(Detachment)
E.U.,
España, 2011.
Dirección:
Tony Kaye.
Guion:
Carl Lund.
Fotografía:
Tony Kaye.
Intérpretes:
Adrien Brody, Marcia Gay Harden, James Caan
Christina
Hendricks, entre otros.
Duración:
100 minutos.
Para
empezar, si hay una gran película sobre el duro oficio de la docencia, es Indiferencia. El director de Historia americana X (American
History X, 1998), logra un tour
de forcé brutal de parte de cada uno de los actores. Es simple: La vida de
un maestro sustituto, que trata de inspirar en sus alumnos el amor por la
poesía. Como el de La sociedad de los poetas muertos, pero bien parado
en la realidad. En su vida personal es un desastre, vive solo, tiene un abuelo
que es como su padre, en un asilo, con alzhéimer y se lleva a vivir a su casa a
una adolescente prostituta. Si bien el personaje principal es un
excelente maestro, sin tachadura en su oficio, lo que hay alrededor de él es
desolador: Maestros a la defensiva, que arreglan las cuestiones de disciplina
muy rudamente, maestras solitarias buscando amor, una directora desesperada
porque la quieren obligar a retirarse, el profe que tiene problemas en la casa,
el gobierno amenazando con cerrar la escuela porque está en un barrio marginal
y los alumnos que no están interesados en la educación, así como padres de
familia que consecuentan y defienden las “gracias” de sus “angelitos”. Al
final, con la escuela en ruinas, mientras se nara La caída de la casa de los Husher, de Allan Poe, demuestra la desoladora
realidad de la educación, de dimensión universal.
VII- Escuela de Rock (The School of Rock)
E.U.,
2003.
Dirección: Richard Linklater.
Guion: Mike White.
Fotografía: Rogier Stoffers.
Intérpretes:Jack Black, Joan Cusack,
Sarah Silverman
Mike
White, Miranda Cosgrove, entre otros.
Duración:
108 minutos.
Un músico desempleado, que vive
con un amigo que es maestro temporal y la esposa de este, se hace pasar por su
compañero para poder trabajar en un colegio y ganar dinero. Ahí, al desconocer de
dinámicas de clase y programas académicos, convence a los chiquillos que formen
una banda para un “proyecto especial secreto”, que culminará con un concurso de
rock. Aunque termina volviéndose en un buen maestro de música, hace que los
chicos pierdan meses de clases, pero eso sí, los enseña a hacer lo que quieren
y ser exitosos por ello, aunque no ganan el primer lugar. Una cinta simpática y
un mal maestro genial. La canción, School
Of Rock, es una de las mejores, hechas para una película.
El oficio del
maestro es quizá el más difícil, mal pagado, a veces ingrato y también uno de
los más satisfactorios de todos. Sirva este pequeño abanico, como un homenaje a
mis amigos y compañeros maestros que he conocido desde que empecé en este
camino sin retorno, pero lleno de flores, que es la docencia. ¡Feliz día del
maestro!